NO ALA GUERRA

NO ALA GUERRA
NO ALA GUERRA
Contradicciones e impunidad de algunas de las empresas privadas militares que actúan en escenarios como Irak, Afganistán o Sudán.




Firmas que en los últimos años han ganado miles de millones de dólares gracias a la privatización de parte de la gestión de los conflictos armados: Blackwater , Dyncorp , Erynis , Aegis , Unity…



Hemos señalado las lagunas legales en las que se mueven, los crímenes de gatillo fácil de las que se las acusa, las tramas de poder que los sustentan, y el oscuro pasado de algunos de sus dueños y promotores, como Tim Spicer , directamente relacionado con tráfico de armas, mercenarios y golpes de estado en el Tercer Mundo. O las conexiones con el lobby neoconservador y belicista de Washington como en el caso de Erik Prince, el creador de Blackwaters.



El arresto ayer en Bangkok de Víktor Bout , quien es considerado el mayor traficante de armas del mundo, nos da la oportunidad para poner nuevamente de relieve la necesidad de crear una legislación internacional que permita el control de estas empresas y de su accionar en zonas de conflicto.



El mercader de la muerte



Acerca de Víktor Bout, mucho se ha escrito. Conocido bajo el apodo de “Mercader de la muerte”, “Destrozador de embargos” o "Víktor B", este antiguo agente de la KGB, que habla siete idiomas, empleó su flota particular de aviones para proveer armamentos desde los talibán en Kandahar, pasando por Charles Taylor y sus ejércitos de niños y diamantes sangrientos en Sierra Leona y Libera, hasta Jonas Savimbi en Angola y los rebeldes de las FARC en Colombia.